domingo, noviembre 04, 2007

domingo.

me pregunto dónde fué q se perdieron. los veía caminar unos contra otros. llenando los pasillos estrechos del shopping. entré a las 14. salí a las 22. 8 horas de discutir con mis compañeros de trabajo la razón por la q todos ellos, público/gente, se encierran en ese lugar. cada uno de nosotros exponía su teoría. por mi parte sólo pensaba q desperté este domingo con una resaca increíble. bajé a comprar el diario y decidí q quiero cambiar de trabajo. leí los clasificados. decidí q ya no puedo esperar hasta las vacaciones. pq la cosa es hoy. de repente llegó una mujer, con sus hijos, uno de ellos lloraba. tenía sueño. hambre. supongo q de tener más edad le hubiera gritado " quiero irme a la mierda!". me puse a recordar mis domingos. en la esquina de mi casa. sentada con los chicos del barrio. el plan era ir a la plaza. tomar un helado. irnos al campo. andar en bicicleta. hoy todos ésos simplemente se empujaban bajando al "patio de comidas", esperando encontrar una mesa libre. comprar. comprar. comprar. me pregunto q vacío intentarán llenar. me pregunto si serán concientes de ese vacío. me pregunto cuándo fué q se perdieron.

1 comentario:

Unknown dijo...

Sinceramente creo que el vacío es no ser menos que el otro, es la comparación, el ostentar más, el no parecerse "pobre" o "marginal", y un sinfin de defectos de polución mas. Socialmente da para hablar mucho pero no es el sentido de tú post; sí te felicito por la decisión que deseas tomar saliendo de esa fábrica de polución social. En las ciudades grandes, urbes frias, los corazones se vuelven de cemento (preguntale a Sabina y Calamaro) y la vida se vuelve una vidriera que la contemplamos pero no la poseemos y mucho menos disfrutamos. Soy del interior, de Río Cuarto, y las diferencias de vivencias urbanas son terribles. Tengo conocidos y amigos de pueblos aún más chico que mi ciudad natal que han sufrido y sufren la polución social de la urbe cordobesa. Pero creo que mucha gente va orientándose en otro rumbo... principalmente la juventud Vero. Esta nueva decantación juvenil viene más poderosa, más rebelde, más instruida y más en contacto con las raíces y los sentidos (a mi humilde parecer). A mis 35 años festejo eso y los que van asiduamente al shopping polucionante que arreglen su vida como puedan. Sí, soy duro, pero me hartan también.

Besos nena.-